Ayer, comenzamos a ver cómo encontrar paz verdadera y duradera con Dios, contigo mismo y con otros en esta época de Navidad. Necesitas dar tres pasos para encontrarla. Primero, necesitas alcanzar un momento de claridad.

Segundo, debes expresar una actitud de humildad.

Dios bendice a los humildes. La Biblia dice en Santiago 4:6, “Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes.” (NTV)

La gracia es el poder que necesitas para tener paz en tu vida. Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes. Debes cambiar tu vanidad por su serenidad.

He caminado con el Señor por más de 50 años. He aprendido que a Dios no Ie impresionan nuestras quejas. No lo mueven.

La humildad por el otro lado, toca su corazón. Cuando le pido ayuda a Dios humildemente, Él abre las compuertas del cielo y derrama su misericordia. Humildemente admitiendo que Él es Dios y tú no es un gran antídoto para el estrés.

Isaías 26:12 dice, “Señor, tú nos concederás la paz; en realidad, todo lo que hemos logrado viene de ti” (NTV).

¿Cuándo fue la última vez que le dijiste esto a Dios? La única razón por la que estás vivo ahora es porque Dios te creó para amarte. Si Dios no hubiera querido amarte, no existirías. Fuiste formado por Dios y para Dios. Y Dios quiere que aprendas a amararlo en respuesta.

Si quieres paz -paz real- necesitas venir al Señor y decirle, “Señor, admito que todo lo que soy y todo lo que tengo -realmente todo- eres tú quién lo mantiene junto, no yo. Tu creaste mi vida. Humildemente reconozco que te necesito”.

Sabes, todos estamos caído. Tú estás caído. Yo estoy caído. Salvo Jesús, toda persona que haya vivido ha estado caída. Esa es la razón por la cual no tienes paz. Es la razón por la que vas por la vida estresado. Es la razón por la cual estas harto y cansado de estar harto y cansado. Es la razón por la cual no puedes solucionar todos tus problemas.

Para tener paz, tienes que reconocer humildemente ante Dios que estas caído. No puedes encontrar paz sin hacerlo. Es imposible.

La Biblia nos da una forma práctica de expresar humildad en Filipenses 4:6, “No se preocupen por nada”.

Es uno de los versos de la Biblia más difícil de obedecer. Lo quebramos cada día de nuestra vida. Preocuparse es asumir una responsabilidad que Dios nunca quiso que tuvieras.

Pero considera esto. Dios nos dice que no nos preocupemos por nada, eso significa que Él nos va a ayudar a que dejemos de preocuparnos para que podamos tener paz. ¡Dios está a tu favor en esto!