¿Cómo deben Medir los Cristianos el Éxito? — Parte 1
por Rick Warren — Septiembre 29, 2023
Prefiero intentar hacer algo grandioso con mi vida y fallar, que intentar no hacer nada con mi vida y tener éxito.
Sin embargo, ¡ahí es donde está la mayoría de la gente! Están a la deriva por la vida. No tienen metas. No están apuntando a la luna porque tienen mucho temor de golpear el poste de la cerca. La gente ha olvidado o nunca ha entendido que fracasar no es lo mismo que no poder hacer algo. El fracaso es no querer intentarlo.
Cuando Kay y yo iniciamos la iglesia de Saddleback hace 40 años, le dije a mi familia muchas veces que quería cuatro palabras escritas en mi lápida: “Al menos lo intentó”. Nadie sabía si nuestra pequeña iglesia iba a durar.
Tenía un gran objetivo y una gran visión. E incluso si nunca lo consiguiera, quería que se supiera que al menos lo intenté. Hoy no puedo poner eso en mi lápida porque el plan funcionó, por la gracia de Dios. Pero en los primeros días de un proyecto, empresa o ministerio, está bien que digas: “Al menos lo intenté”.
Hebreos 11:6a dice: “Sin fe es imposible agradar a Dios” (NVI). La fe significa que lo intentas. Establece una meta, toma riesgos y trabaja duro. Si logras o no tu objetivo o desafío es irrelevante.
Reflexiona sobre esto:
- ¿Es más importante para ti poder decir que ganaste algo o que lo intentaste y trabajaste duro para lograrlo? ¿Por qué?
- ¿Qué estás intentando hacer ahora? ¿Tienes metas establecidas en tu vida?
- La mayoría de las metas no se logran a través de grandes actos, sino a través de pequeños, diarios y consistentes actos de disciplina. ¿Cómo aplicas la disciplina mientras trabajas hacia una meta?