Agradecele a Dios por quien es, no solo por lo que hace

Cada vez que agradeces a alguien, honras a esa persona. Por ejemplo, si yo le digo a mi esposa, “Amor, estoy tan agradecido por esa gran cena de acción de gracias que preparaste”, estoy honrando a mi esposa. Cuando le digo a su mamá, “Quiero agradecerle por haber tenido a Kay, para poder casarme con ella”, estoy honrando a su mamá. Cuando le digo a alguien, “Gracias por abrirme la puerta” o “Gracias por venir al servicio”, estoy honrando a esa persona. Una expresión de gratitud es una forma de honrar a otra persona.

La Biblia dice que esto también es cierto acerca de Dios: “Dar gracias es un sacrificio que verdaderamente me honra;” (Salmos 50: 23a NTV). Cuando te sacrificas al dar gracias, estás sacrificando tu tiempo. Toma tiempo pensar en cosas por las cuales estar agradecido.

A mi esposa le gusta escuchar “gracias”, por las cosas que ella hace por mí. Pero si eso es todo lo que hago, comienza a preguntarse, “¿Realmente me ama, o solo me ama por lo que hago por él?” En algún momento, tengo que comenzar a moverme a un nivel superior de agradecimiento, el cual no es solamente agradecerle a mi esposa lo que ella hace, sino agradecerle por quien es ella. Esa es una manera más profunda y más madura de ser agradecido.

Si la única vez que tus hijos te agradecen es cuando reciben su ración de efectivo, debes comenzar a preguntarte, “¿Ellos me aman, o solo aman el dinero?”

Si todo lo que haces, es agradecer a Dios por permitirte estar en esta clase o por darte esta comida o por todas las cosas que él hace por ti, deberías preguntarte, “¿Realmente amo a Dios, o solo lo amo por las cosas que él hace por mí?”

Debemos aprender a agradecerle a Dios no solo por lo que él hace, sino por quien es: “Gracias Dios porque tu sabiduría es más grande que la mía. Gracias porque tú conoces lo que me hace feliz más que yo. Gracias porque has sido consistente cuando yo soy inconsistente. Gracias por tu amor y tu misericordia, y que siempre has sido justo. Gracias incluso cuando no entiendo algo, tú tienes en cuenta siempre mi mejor interés”.

El tipo de gratitud que va más allá de “Gracias, Dios, por nuestra comida” “Gracias, Dios, por quién tú eres” eso honra a Dios, y te da raíces más espirituales.