Abriendo Nuestros Ojos a las Necesidades que nos Rodean

“Que nadie busque su provecho personal, sino el beneficio de los demás”.
1 Corintios 10:24 (PDT)

Pocos pasajes de la Escritura nos dan una visión más completa de la misericordia que la parábola de Jesús del Buen Samaritano. En esta memorable parábola, podemos aprender cuatro lecciones específicas sobre cómo podemos demostrar misericordia. En los próximos cuatro devocionales veremos cada una de estas importantes lecciones.

Primero, debemos ver las necesidades de las personas que nos rodean. La misericordia siempre comienza en los ojos. Tienes que ver la necesidad antes de poder satisfacer la necesidad. No te va a importar hasta que seas consciente. La Biblia dice: “Cuando [el samaritano] vio al hombre, sintió compasión por él” Lucas 10:33b (NTV).

Al igual que el Buen Samaritano, has tenido personas heridas a tu alrededor. Simplemente no los ves. Es posible que no hayan sido golpeados físicamente, pero han sido golpeados por la vida. Han sido golpeados por las circunstancias y las actitudes y opiniones de otras personas.

¿Por qué no vemos estas necesidades? La respuesta es la ocupación. Sólo nos estamos moviendo demasiado rápido. Estar siempre de afán es la muerte de la bondad. Entre más ocupados estemos menos oportunidad tenemos para amar. Pero para ser sensible y ver de cerca las necesidades de las personas, tienes que reducir la velocidad. Reduce la velocidad lo suficiente para mirar a las personas a los ojos. Muéstrale atención a alguien, habla con la persona y escúchala realmente.

¿Cómo debemos responder a alguien que está sufriendo o que tiene una necesidad? La Biblia dice: Que nadie busque su provecho personal, sino el beneficio de los demás” 1 Corintios 10:24 (PDT).

Reflexiona sobre esto:

  • ¿Cómo pueden las ocupaciones impedirte mostrar misericordia a otros?
  • ¿Cómo puedes sacar tiempo en tu vida para que puedas invertir en la vida de los demás?
  • ¿Cuáles son algunas de las necesidades que ves a tu alrededor? ¿Cómo puedes ayudar?

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