Todo el mundo tiene malos días. Kay, mi esposa sabe que tengo dos momentos difíciles cada semana. Soy sensible el sábado por la tarde porque estoy enfocado en el mensaje que estoy a punto de predicar. Y el otro momento en que soy sensible es el lunes por la mañana, porque estoy agotado de predicar todo el fin de semana y hablar con la gente entre los servicios. Así que, Kay hace consideraciones para eso. Ella me da un espacio.

Esa es una parte clave de cómo se trata a los RGA (personas que Requieren Gracia Adicional). En los últimos devocionales, he mencionado que al tratar con los RGA necesitamos mirar detrás del comportamiento y negarnos a ser ofendidos. Pero también debemos tratar con ellos, como Kay trata conmigo, cuando estoy en un estado de ánimo sensible: Tenemos que darles su espacio, su tiempo.

La Biblia dice: “Sean pacientes unos con otros y tolérense las faltas por amor” Efesios 4:2b (NTV).

No todos los que te fastidian o te hacen daño se dan cuenta que lo están haciendo. A menudo están respondiendo a su propio dolor, que está oculto y ni siquiera saben que están lastimando a todas las personas a su alrededor.

Entonces, ¿qué haces? Cuando me cuesta pasar por alto la ofensa, recuerdo el gran don del perdón de Dios. Recuerdo un versículo como Colosenses 3:13 que dice: “Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros” (NTV).

Reflexiona sobre esto:

• ¿Puedes pensar en un momento en que te hayas molestado o frustrado con alguien, pero que no lo sabías en el momento? ¿Qué lección aprendiste de esa experiencia?
• ¿Por qué luchamos con darnos un espacio o tiempo unos a otros por molestias relativamente menores?
• ¿Quién necesita algo de espacio o tiempo adicional esta semana?

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