Deja de Seguir una Cultura que no Sigue a Dios

“No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta” (Romanos 12:2 NTV).

Hay dos versos en la Biblia que son escritos por el mismo autor y parecen enviar un mensaje totalmente opuesto:

 “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.” (1 Juan 2:15 NVI). ¡Es muy claro!

 “Porque de tal manera amó Dios al mundo. . .” (Juan 3:16 NVI). Esto parece una gran contradicción.

La palabra “al mundo” en estos versos se usa de dos maneras. El primer verso se refiere al sistema de valores del mundo, y el segundo se refiere a la gente del mundo. Debemos amar a las personas, independientemente de las decisiones que tomen, pero debemos odiar el sistema de valores (por ejemplo, prejuicios, racismo, injusticia, sexismo, guerra).

El problema es que a menudo, lo confundimos e invertimos ese orden. Amamos el sistema de valores y odiamos a las personas. Los cristianos hacen esto todo el tiempo. En lugar de ser diferentes, podemos ser igual de materialistas, igual de hedonistas y nos dejemos atrapara en la cultura.

Durante el resto de tu vida, enfrentarás grandes presiones para adaptarte a esa cultura. Este fue el mayor problema de Israel durante miles de años. Querían ser como otras naciones. Sin embargo, Dios les dio todo tipo de leyes morales, civiles y ceremoniales para hacerlos diferentes con un propósito.

Dios ha hecho lo mismo por ti y por mí. No vivimos bajo la ley del Antiguo Testamento, pero Dios nos ha dicho exactamente cómo debemos vivir y cómo obtenemos la sabiduría y el poder para estar de pie en este mundo: “No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta” (Romanos 12:2 NTV).

Una de las razones por la que no sabes lo que Dios quiere que hagas en la vida es porque puedes estar demasiado inmerso y lleno con esta cultura. Esto sucede sin que te des cuenta. Pero no puedes pensar como el mundo y también querer pensar como Dios piensa. Tienes que tomar una decisión.

El problema con seguir la cultura es que todo es temporal. Necesitas seguir algo que es eterno: la Palabra de Dios. Llena tu mente con la verdad de Dios y deja que transforme tu vida cambiando tu forma de pensar.

Reflexiona sobre esto:

  •  ¿Cuáles son algunas normas culturales que son parte de tu vida que contradicen la Palabra de Dios?
  • Si tienes problemas para pensar en formas en que te hayas adaptado a la cultura secular, haz una lista: escribe los cinco valores principales que te impulsan en cada área de la vida. ¿Están esos valores basados en lo que la cultura valora o en lo que la Palabra de Dios dice que debes valorar? ¿Tienen significado eterno?
  • ¿Por qué las personas piensan que están satisfechas con cosas que son solo temporales?

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