Cada uno de nosotros tiene un mensaje de vida que Dios quiere que compartamos con el mundo. Compartir el mensaje es parte de la misión de nuestra vida. Cuando compartimos ese mensaje con otras personas, se llama atestiguar.

Hay un gran poder en el testimonio grupal. Al igual que un soldado nunca se envía solo, Dios no tiene la intención de que hagamos nuestra misión solos. Él dice que deberíamos salir juntos a ser testigos.

De hecho, Dios dice que somos mejores testigos para las personas que no conocen a Dios cuando amamos a otros que ya están en la familia de Dios. En Juan 13, Jesús nos dice que nuestro amor mutuo demuestra al mundo que somos sus discípulos. La gente está impresionada cuando los cristianos se aman genuinamente. Le demuestra al mundo que están en la familia de Dios.

En 2 Timoteo 1:7, se nos dice cómo debemos testificar a las personas: “Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio”. (NVI).

¿Has sido tímido y temeroso en tu testimonio? La respuesta de Dios al temor es la comunidad: tener a otros cristianos parados a tu lado en el testimonio.

Considera seriamente esta pregunta: ¿Alguien va a estar en el cielo por ti? Si trabajan juntos para ser testigos junto con otros cristianos, podrán decir: “¡Sí! Alguien está en el cielo por mi culpa “.

Filipenses 1:27 dice: “…sabré que siguen firmes en un mismo propósito, luchando unánimes por la fe del evangelio” (NVI).

¿Eres testigo con otros cristianos con un mismo espíritu, cuando estás tan unificado que es casi como si fueras una sola persona? Este es el tipo de relación que Dios quiere que tengamos con nuestros hermanos cristianos. Todos nos necesitamos los unos a los otros. Dios quiere que testifiquemos por él, ¡pero Él quiere que lo hagamos juntos!

Reflexiona sobre esto: