Viviendo por Amor al Cielo

“Si de veras se acordaran de la tierra de donde salieron tendrían oportunidad de regresar. Pero ellos anhelaban una patria superior; es decir, la celestial. Por eso Dios no se avergüenza de llamarse el Dios de ellos, porque les ha preparado una ciudad”.  Hebreos 11:15-16 (RVA-2015)

El cielo cambia todo respecto a cómo vives hoy. Si te diriges al cielo (y después del devocional de ayer, yo espero que así sea), entonces esa realidad debe impactar como vives aquí en la tierra.

Tu sistema de valores cambia. En lugar de vivir por el aquí y el ahora, tu vivirás por la eternidad. También vives sabiendo que tu futuro está asegurado. No importa lo que ocurra en la tierra, tendrás una eternidad con Dios en el lugar más sorprendente que hayas estado.

Así que, ¿cómo vives si sabes que tu destino eterno es el cielo?

  1. No seas distraído por la tentación. “Amados hermanos en Cristo, les hablo como si ustedes fueran extranjeros y estuvieran de paso por este mundo. No hagan nada que obedezca a sus malos deseos, pues esos deseos los llevarán a la perdición”
    1 Pedro 2:11 (TLA). Puedes ser distraído por muchas cosas —buenas y malas. Mantente enfocado en lo que tiene significado eterno. Evita las gratificaciones, aun cuando todo en la sociedad intenta que hagas lo opuesto. Enfócate en lo que hay adelante.
  2. No te desanimes por los problemas. La Biblia dice, “Así que no miramos las dificultades que ahora vemos; en cambio, fijamos nuestra vista en cosas que no pueden verse. Pues las cosas que ahora podemos ver pronto se habrán ido, pero las cosas que no podemos ver permanecerán para siempre” 2 Corintios 4:18 (NTV). Cuando vives en la luz de la eternidad, los problemas no parecen ser tan molestos. Sabes que los problemas no durarán para siempre, así que simplemente no te rindas.
  3. Enfoca tu energía en lo que permanecerá. “Piensen en las cosas del cielo, donde Cristo gobierna a la derecha de Dios. No piensen en las cosas de este mundo” Colosenses 3:2 (TLA). Cumple los propósitos de Dios en tu vida. Vive una vida de adoración. Construye una relación con la gente de Dios. Invierte tu tiempo es ser más como Jesús a través del discipulado. Sirve a otros con amor. Háblale a otros de Jesús. Esas actividades dan el fruto que dura para siempre.

Tú fuiste hecho para el cielo. Si haces que Jesús sea el Señor de tu vida, pasarás la eternidad ahí. Deja que esta verdad se profundice por un momento.

Y entonces, cambiará tu vida.

Reflexiona sobre esto:

  • ¿Cuáles tentaciones te distraen para mantener tu mirada en lo eterno?
  • Algunas veces aun las cosas buenas nos pueden distraer del propósito de Dios. ¿Cuáles son algunos ejemplos de esas cosas buenas que te pueden distraer?
  • ¿Cuáles problemas a corto plazo te están causando estrés justo ahora? ¿Cómo puede cambiar tu perspectiva al respecto al enfocarte en la eternidad?

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