Viviendo Libre de Culpa

“No nos castiga por todos nuestros pecados; no nos trata con la severidad que merecemos… Llevó nuestros pecados tan lejos de nosotros como está el oriente del occidente”. Salmo 103:10,12 (NTV)

Dios nos da lo que necesitamos, no lo que merecemos.

Merecemos juicio por nuestros pecados porque somos culpables de hacer cosas malas, pero Jesús recibió el castigo que merecemos. “Llevó nuestros pecados tan lejos de nosotros como está el oriente del occidente” Salmo 103:12 (NTV).

La Tierra tiene un polo norte y un polo sur, pero no hay fin de este a oeste. Cuando pones tu confianza en Jesús, ¡Dios toma tu pecado y lo elimina!

El rey David cometió adulterio, y luego para encubrirlo, mandó asesinar al marido de la mujer. ¿Te imaginas la culpa que sentía?

Los efectos de gran alcance del adulterio y el asesinato son devastadores. David no merecía el perdón ni la misericordia de Dios. David sabía que estaba equivocado, pero también sabía que Dios es un Dios misericordioso.

David oró: “Ten misericordia de mí, oh Dios, debido a tu amor inquebrantable; a causa de tu gran compasión, borra la mancha de mis pecados. Lávame de la culpa hasta que quede limpio y purifícame de mis pecados” Salmo 51:1-2 (NTV).

Dios desea la misericordia por encima del juicio. Él está en el negocio del perdón; puede purificarte, limpiarte y restaurarte.

Sigue el ejemplo de David. Admite tu culpa a Dios y pide su misericordia. Te perdonará porque es bueno, no porque seas lo suficientemente bueno para ganártelo.

Dios te ha perdonado, así que acepta su perdón y perdónate a ti mismo también.

Te invitamos a ESCUCHAR el mensaje de hoy en NUESTRA NUEVA PAGINA WEB.

Reflexiona sobre esto:

  • Si Dios te ha perdonado, ¿por qué a menudo es difícil perdonarte a ti mismo? Habla con Dios al respecto y pídele que te ayude a perdonarte a ti mismo.
  • Si estás luchando con un pecado en este momento, lee lentamente el Salmo 51. Y luego medita en cada sección.
  • Personaliza el Salmo 51 en una oración para usarla cuando necesites buscar el perdón de Dios.

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