Tu Pecado Nunca es Privado

“Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni tampoco muere para sí”. Romanos 14:7 (NVI)

El pecado puede ser un secreto. Pero nunca es privado. Puede que se conozca ahora, aquí en la tierra, o en el día del juicio, pero será conocido.

Números 32:23 es uno de los versículos más atemorizantes en la Biblia: “Y pueden estar seguros de que no escaparán de su pecado” (NVI).

Otra razón por la que el pecado nunca es privado es porque todo lo que haces, bueno o malo, afecta a otras personas —incluso si ellos no saben lo que está sucediendo.

Si alguien cercano a ti se quedó despierto haciendo cosas realmente inmorales y entonces te ve en la mañana, te darías cuenta de que algo está mal. Puede que no sepas qué sucedió, pero el resultado de su pecado será obvio a través de su comportamiento. Muy pocas personas pueden actuar como si nada pasara.

No necesitas cometer un gran pecado. Puede ser el pecado de omisión. Si tienes a menudo un tiempo a solas con Dios y luego pasan varios días si pasar tiempo en la presencia de Dios, probablemente habrá una diferencia en como reaccionas con las personas y a las circunstancias. Eso es porque cuando no estás conectado, no tienes el poder espiritual para luchar contra el pecado.

La Biblia dice en Romanos 14:7 “Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni tampoco muere para sí” (NVI).

Muchas personas dirán, “Lo que hago con mi vida no es asunto de nadie. Mientras no lastime a nadie, ¿por qué le debe importar a los demás?” Pero estás lastimando a otras personas. Dios nos hizo para estar en conexión con otros, y lo que hacemos y decimos siempre tiene un efecto en los demás.

El pecado te afecta en formas que no te das cuenta, y entonces tus acciones afectan a otros. Cuando pecas, le quitas el poder a Dios y te alejas de tu potencial. Eso limita el bien que puedes hacer y el impacto que puedes tener.

¿No es triste pensar en lo que tú y otros se pierden cuando no eres lo mejor que Dios ha creado? Sólo hay una manera de superar el pecado que te detiene y lastima a los demás: Confesarlo.

Reflexiona sobre esto:

  • ¿Cómo actúas y piensas diferente cuando tienes pecado sin confesar?
  • ¿Cómo al confesar tu pecado te acerca a Jesús?
  • ¿Qué pecado en tu vida necesita ser confesado? ¿Cómo crees que puede estar afectando a otras personas?
Si todavía no has confiado en Jesús y no te has comprometido a seguirlo, ¿por qué esperar más? Si estás listo para cruzar esa línea y tomar la decisión de creer en Jesucristo y seguirlo; haz esta oración.
Síguenos en Instagram & Facebook y comparte Esperanza Diaria con tus amigos y familiares.
Recibe durante un mes un versículo de inspiración diario por WhatsApp
Nota: Desafortunadamente tenemos restricciones para enviar mensajes por WhatsApp a CUBA.

Comparte Esperanza Diaria con tus amigos.