Algunas personas dicen, “Cuando miro a las personas, no veo su raza. No veo su color”.  Hay una palabra para eso: ¡Mentiroso!

Nadie está ciego al color cuando se refiere a raza. Y Dios no quiere que seas ciego al color. Él quiere que seas bendecido por el color.

Dios ama el color. ¡Sólo mira afuera! Todo lo que Él hace tiene color, como el atardecer y las flores. Mira todas las diferentes personas alrededor del mundo. ¡Dios ama el color! La forma como te creó demuestra esto.

Nosotros necesitamos aprender a ver a todas las personas de la manera como Dios las ve.

La Biblia dice, “El SEÑOR no ve las cosas de la manera en que tú las ves. La gente juzga por las apariencias, pero el SEÑOR mira el corazón” 1 Samuel 16:7 (NTV).

Francamente, eso es una exigencia exagerada para muchos de nosotros. No es natural ver el interior antes que el exterior. Estamos entrenados para hacer juicios rápidos basados en la apariencia externa.

Confías en algunas personas sólo al mirarlas, pero no en otras. Los libros son juzgados por sus portadas. Los hogares son juzgados por el atractivo exterior. Las personas son juzgadas por la forma como ellos se ven, visten y hablan.

Así que pídele a Dios que te ayude para que comiences a mirar a las personas de la forma como Él las ve. Mira su corazón, no su piel.

Esto es uno de los primeros pasos para la superación del prejuicio en tu vida —y en el mundo a tu alrededor.

Reflexiona sobre esto:

• ¿Cuándo te han juzgado por tu apariencia en vez de ser juzgado basándose en cómo eres en el interior? ¿Cómo eso te afectó?
• ¿Qué prejuicios mayormente tienes en contra de otras personas? Lleva eso delante de Dios hoy confiésalo. Pídele a Él que cambie la manera como miras y juzgas a otros.
• ¿Qué pasos puedes tomar para ser bendecido por el color en vez de ser ciego al color?
• En el futuro, ¿qué harás si te das cuenta de que estás juzgando a alguien basándote en su apariencia externa?

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