No tienes que ser Feliz todo el Tiempo

“Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el Cielo… un tiempo para llorar, y un tiempo para reír; un tiempo para estar de luto, y un tiempo para saltar de gusto”. Eclesiastés 3:1,4 (NVI)

La vida es difícil. ¿Estarías de acuerdo con eso? A causa del pecado de Adán en el jardín del Edén, el mundo es imperfecto y nada trabaja correctamente. Tu cuerpo no trabaja perfectamente, el clima está desordenado, la economía no funciona perfectamente, ninguna relación es perfecta. La vida está llena de pérdidas.

Necesitas entender un par de verdades que te darán una mejor perspectiva mientras enfrentas las pérdidas inevitables en tu vida.

Primero, Dios no espera que estés feliz todo el tiempo.

Hay un mito de que los cristianos deberían estar siempre sonriendo, siempre felices, siempre alegres.

De hecho, la Biblia dice, “Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo… un tiempo para llorar, y un tiempo para reír; un tiempo para estar de luto, y un tiempo para saltar de gusto” Eclesiastés 3:1,4 (NVI).

Algunas veces la única respuesta lógica apropiada para la vida es la aflicción. La Biblia dice que te debes afligir por tus pérdidas, incluyendo tus desánimos, tus pecados, el sufrimiento en el mundo, y tus amigos quienes están perdidos espiritualmente. Dios no espera que estés feliz todo el tiempo. De hecho, Él quiere que tu dolor sea genuino. 

Segundo, el duelo es esencial para tu salud.

Si nunca te duele nada, significa una de tres cosas: Estás lejos de la realidad, estás fuera del alcance de tus emociones, o no sientes amor. Cuando amas y ves cosas tristes, el dolor es una respuesta natural.

El duelo es una emoción dolorosa, pero también es una emoción saludable. Y es un regalo de Dios. Es una herramienta que Dios nos da para pasar las transiciones de la vida.

Tal vez fuiste herido hace mucho tiempo cuando eras pequeño. Tal vez tus padres se divorciaron. Tal vez fuiste abusado. Ta vez fuiste herido por algo que alguien dijo de ti. Cuando niño, no sabías como llevar duelo de una forma saludable, solo lo guardabas dentro de ti.

Necesitas regresar y tener el duelo. ¿Por qué? Porque si no tienes el duelo, te atoras emocionalmente, y pasas el resto de tu vida reaccionando por algo que sucedió hace mucho tiempo y te descargas sobre las personas a tu alrededor. ¡eso no es saludable!

David habló sobre eso en este Salmo 32:3 “Mientras guardé silencio, mis huesos se fueron consumiendo por mi gemir de todo el día” (NVI).

Las cosas malas que te suceden no son tu elección. Pero el duelo sí es una elección. Podrás decir, “No me siento triste”. No todo lo que es útil y saludable se siente bien. Debes permitirte lamentar tus pérdidas para que puedas continuar con tu vida y recibir las bendiciones de Dios.

Reflexiona sobre esto:

  • ¿Con qué pérdida has evitado tener un duelo? ¿Cómo te ha afectado física, emocional y espiritualmente?
  • ¿Cómo sabes cuándo es tiempo de terminar el duelo?
  • ¿De qué manera práctica permites que otros hagan su duelo y como los ayudas en ese tiempo?
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Si todavía no has confiado en Jesús y no te has comprometido a seguirlo, ¿por qué esperar más? Si estás listo para cruzar esa línea y tomar la decisión de creer en Jesucristo y seguirlo; haz esta oración.

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