¿No Sabes qué Hacer? Usa el ‘Examen de la Integridad’

“Quien se conduce con integridad anda seguro; quien anda en malos pasos será descubierto Proverbios 10:9 (NVI)

Cuando se trata de tomar decisiones, grandes o pequeñas, la Biblia ofrece mucha sabiduría. Un principio que ofrece una y otra vez es lo que yo llamo el ‘Examen de la Integridad’.

Cuando tomes una decisión, pregúntate: “¿Me gustaría que todos sepan sobre esta decisión?”

Si la idea de que otras personas se enteren de tu decisión te preocupa, entonces probablemente estés tomando la decisión equivocada. Las malas decisiones conducen al secreto, y ese tipo de secreto siempre conduce al dolor en tu vida.

La Biblia dice: “Quien se conduce con integridad anda seguro; quien anda en malos pasos será descubierto Proverbios 10:9 (NVI).

Ten en cuenta que no dice “podría ser descubierto” o incluso “probablemente será descubierto”. Dice, ¡será descubierto!

Ya has visto cómo sucede esto. Estás a punto de tomar una mala decisión. Tú sabes que está mal, pero piensas: “Seguiré adelante y lo haré porque nadie sabrá”.

Luego, tan pronto como tomas la decisión, piensas: “¡Alguien se va a enterar!” Y sientes el miedo que proviene de eso. Ahí es cuando violaste el ‘Examen de la Integridad’.

Cuando tienes integridad, tu vida pública y tu vida privada coinciden. Lo que hay en tu corazón es igual a lo que otras personas ven en el exterior. Lo que dices y lo que haces están en armonía.

La verdad es que cuando se trata de integridad, puedes engañar a todos los demás, pero no puedes engañarte a ti mismo. Y si violas tu propia conciencia, tienes que pagar por eso.

Santiago 4:17 dice: “Así que comete pecado todo el que sabe hacer el bien y no lo hace” (NVI).

Al tomar una decisión, pregúntate: ¿puedo hacer esto con la conciencia tranquila?

Violar tu conciencia es un gran error. Dios te perdonará por el mal que haces. Pero el perdón no te libera de las consecuencias de las malas decisiones.

Puedes ser perdonado y aún arrepentirte. Puedes ser perdonado y aún enfrentar dolor. Puedes ser perdonado y aún tener relaciones rotas.

Muchas decisiones que tomas son claras. ¿Pero qué pasa cuando es más difícil saber lo correcto de lo incorrecto? La Biblia también habla de eso: “estoy plenamente convencido en el Señor Jesús de que no hay nada impuro en sí mismo. Si algo es impuro, lo es solamente para quien así lo considera Romanos 14:14 (NVI).

Es simple: en caso de duda, no lo hagas. Lo que no sea de fe en tu vida es pecado.

La próxima vez que tenga que tomar una decisión, sigue el ‘Examen de la Integridad’. Pregúntate: ¿Estoy de acuerdo con que otras personas se enteren de esta decisión? ¿Puedo hacer esta elección con la conciencia tranquila? ¿Creo que esto está mal?

Dios te ha dado la sabiduría de la Biblia y de tu conciencia porque Él te ama. El ‘Examen de la Integridad’ te ayudará a mantenerte en el camino que Dios sabe que es para tu bien.

Reflexiona sobre esto

  • ¿Cómo se ve tener integridad?
  • ¿Cuándo has enfrentado consecuencias difíciles porque no seguiste el ‘Examen de la Integridad’?
  • ¿Con cuál decisión has estado luchando? Dedica un tiempo a realizar el ‘Examen de la Integridad’. Pídele a Dios que te aclare las respuestas.

 

La invitación de Dios está abierta de par en par.

No importa lo que hayas hecho o dónde hayas estado, tienes un lugar en la familia eterna de Dios listo y esperándote. La invitación está abierta de par en par. Solo cree y recibe.

¿Estás listo? Aquí hay una oración con la que puedes comenzar: “Querido Dios, sé que cuando muera te voy a dar un recuento de mi vida directamente. Sé que te he ignorado. Confieso que he pecado contra ti, y he vivido según mi plan, no el tuyo. Quiero que eso cambie, comenzando ahora. Quiero alejarme de mis pecados hacia ti”.

“Gracias por enviar a Jesús a morir por todo lo que he hecho mal para que no tenga que pagar la penalidad. Sé que no merezco tu perdón. Sé que solo tu gracia puede salvarme, Señor. Nunca podría ser lo suficientemente bueno como para entrar en un lugar perfecto”.

“Jesús, gracias por amarme tanto que te hiciste cargo de toda mi culpa. Me hiciste aceptable para el Cielo, y humildemente te pido que me salves. Te pido que me salves de los pecados y los hábitos que están arruinando mi vida en este momento. Yo creo en ti, Jesús. Y creo que cumplirás tu promesa de salvarme al instante, ciertamente, por completo y eternamente. En el nombre de Jesús. Amén”.

Si hiciste esta oración por favor déjame saber, enviándome un mensaje a [email protected].  Nuestro equipo de Esperanza Diaria te enviará unos materiales sobre cómo empezar tu caminar con Jesús.

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