No puedes cambiar por Accidente

 

“Desháganse de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad y el engaño” (Efesios 4:22 NTV).

El cambio requiere tomar decisiones. No es suficiente soñar con cambiar. No es suficiente desear un cambio. Para que tú cambies, deberás tomar una decisión. Debes elegir cambiar.

El cambio es intencional: ¿Vas a ser diferente en seis meses? ¿Vas a ser mejor dentro de un año? ¿Vas a ser más saludable, más fuerte y más maduro? ¿Vas a ser más feliz? ¿Vas a estar menos endeudado? ¿Vas a ser más como Dios quiere que seas?

Puedo decirte la respuesta ahora mismo: solo sucederá si decides cambiar, porque no sucederá accidentalmente. Debes pensar con anticipación dónde tienes que estar al final de este año y dónde debes estar dentro de tres años, seis años y una década a partir de ahora. Quiero que seas mejor en 10 años de lo que eres hoy, pero no lo serás a menos que decidas serlo.

El cambio requiere una decisión.

Muchas veces pensamos que estamos esperando que Dios nos cambie. No; tú no estás esperando a Dios. ¡Dios te está esperando! Está esperando que digas: “Sí, Señor, estoy dispuesto a hacer estos cambios”.

Tenemos que tomar decisiones intencionales para crecer. No hay crecimiento sin cambio, no hay cambio sin pérdida y no hay pérdida sin dolor. Si vas a crecer, tendrás que cambiar, y cambiar significa que dejas ir algunas cosas viejas y te agarras de algunas cosas nuevas.

Es como columpiarse en un trapecio: el trapecista se balancea en una barra, y luego tiene que extenderse y agarrarse de la otra barra. En algún momento, tiene que soltar una para agarrar la otra, o no va a llegar al otro lado. Si él piensa que puede aferrarse a ambas, ¿qué pasa? Queda atorado en el medio, y cae.

Quizás estás atrapado en el medio y estás cayendo porque no has dejado de lado los viejos patrones, los viejos hábitos y las viejas formas de pensar. Tienes que dejar ir tus viejos caminos.

La Biblia dice: “Desháganse de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad y el engaño” Efesios 4:22 NTV). En otras palabras, déjalo ir. Esos viejos hábitos, esos viejos dolores, esos viejos patrones, esos viejos pecados en tu vida, déjalos ir. La Biblia dice que debes deshacerte de ellos y confiar en que Dios está trabajando en ti “pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad.” (Filipenses 2:13 NVI).

Reflexiona sobre esto:

  • ¿Por qué el cambio requiere pérdida? ¿En qué formas esto ha sido una realidad en tu vida?
  • ¿Qué viejos hábitos y patrones necesitas “desechar” para crecer y cambiar en este año?
  • ¿Qué promesas de la Palabra de Dios puedes reclamar que te ayudarán a tomar la decisión de crecer y cambiar cada día

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