La Felicidad se encuentra en conocer a Dios un poco mejor cada día.

En Filipenses 3:10, Pablo dice, “Lo he perdido todo con tal de conocer a Cristo, de experimentar el poder de su resurrección, de tener parte en sus sufrimientos y de llegar a ser semejante a él en su muerte” (NVI).

Pablo llegó a conocer “profunda e íntimamente” a Dios porque tenía una relación con Él y se tomó el tiempo para conocerlo.

No se llega a “conocer profunda e íntimamente” a Dios por accidente. Como dice Pablo, es un “propósito determinado”. Es algo que tienes que hacer. Tienes que invertir tu tiempo en ello.

Haz un tiempo para Dios. Si reservas 10 o 15 minutos de tiempo enfocado con Dios cada mañana, comenzarás a “entender las maravillas” de Dios con mayor claridad. Y empezarás a experimentar una mayor felicidad en tu vida.

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Reflexiona sobre esto:

• ¿Cuáles son algunas cosas que haces cada día por lo menos durante quince minutos? ¿Lo haces porque son esenciales o solo porque son hábitos?
• ¿Cómo puedes ajustar tu agenda para que puedas tener un tiempo a solas con Dios?
• ¿Qué distracciones pueden mantenerte demasiado ocupado para pasar un tiempo con Dios?

Si todavía no has confiado en Jesús y no te has comprometido a seguirlo, ¿por qué esperar más? Si estás listo para cruzar esa línea y tomar la decisión de creer en Jesucristo y seguirlo, haz esta oración.