Quiero que pienses en alguien que te irrita, tal vez alguien con quien tienes una relación tensa o que simplemente te molesta. Tengo dos preguntas para ti: Una, ¿oras por esa persona? ¿O simplemente te quejas, refunfuñas, regañas y eres quisquilloso? Si oraras más, tendrías mucho menos de qué quejarte, regañar y criticar. Es tu decisión.

¿Funciona el regañar? No. ¿Funciona la oración? Sí. Entonces, ¿por qué haces más de lo que no funciona que de lo que sí?

Pablo dice en Filipenses 1:4: “En todas mis oraciones por todos ustedes, siempre oro con alegría” (NVI).

Pablo no solo oró por las personas en su vida. ¡Oró con alegría!

La oración positiva es más efectiva que el pensamiento positivo. Todo el pensamiento positivo del mundo no va a cambiar a tu esposo, a tu esposa, a tu hijo, a tu amigo o tu situación. El pensamiento positivo puede cambiarte a ti, pero no cambiará a nadie más. Pero la oración positiva puede marcar la diferencia en otra persona.

¿Quieres saber la forma más rápida de cambiar una mala relación a una buena? ¡Empieza a orar por la otra persona! Te cambiará a ti y puede cambiar a la otra persona.

Pablo incluso nos dijo cómo orar por los demás: “Esto es lo que pido en oración: que el amor de ustedes abunde cada vez más en conocimiento y en buen juicio, para que disciernan lo que es mejor, y sean puros e irreprochables para el día de Cristo, llenos del fruto de justicia que se produce por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios” Filipenses 1:9-11 (NVI).

De estos versículos, podemos aprender a orar por las personas en nuestra vida de cuatro maneras:

Ora para que crezcan en el amor: “Esta es mi oración: que su amor abunde más y más en conocimiento y profundidad de entendimiento”.

Ora para que tomen decisiones sabias: “… para que puedan discernir lo que es mejor…”

Ora para que vivan con integridad: “… y sean puros y sin mancha para el día de Cristo…”

Ora para que lleguen a ser como Jesús: “… llenos del fruto de justicia que viene por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios”.

Ora esto por ti y por cualquier otra persona en tu vida, y observa cómo Dios cambia la relación que pensabas que no tenía esperanza. ¡Con Dios nada es imposible!

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Reflexiona sobre esto:

• ¿Quiénes son las personas en tu vida con las que tienes una relación tensa y por las que necesitas orar estas cuatro cosas?
• ¿Cómo te cambia la oración positiva y no solo a la persona por la que estás orando?
• ¿Qué es el “fruto de justicia” que viene por medio de Jesucristo (ver Gálatas 5:22-23)?

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Si todavía no has confiado en Jesús y no te has comprometido a seguirlo, ¿por qué esperar más? Si estás listo para cruzar esa línea y tomar la decisión de creer en Jesucristo y seguirlo; haz esta oración.