La Fe, no los Sentimientos, Agrada a Dios

“Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo estaré cuando me vaya. El Señor me dio lo que tenía, y el Señor me lo ha quitado. ¡Alabado sea el nombre del Señor!”. Job 1:20b-21 (NTV)

Cuando eres un bebé cristiano, Dios te da muchas emociones de confirmación y muchas veces responde a las oraciones más inmaduras y egocéntricas, para que sepas que Él existe. Pero a medida que creces en la fe, Él te despojará de esa dependencia.

La omnipresencia de Dios y la manifestación de Su presencia son dos cosas diferentes. Uno es un hecho; el otro es a menudo un sentimiento. Dios siempre está presente, aun cuando no lo sepas y Su presencia es demasiado profunda para ser medida por la sola emoción.

Sí, Él quiere que sientas Su presencia, pero está más preocupado que confíes en Él que en tus sentimientos. La fe, no los sentimientos, agrada a Dios.

Las situaciones que más aumentan tu fe serán aquellas épocas en que la vida se desmorona y Dios no está en ninguna parte. Esto le sucedió a Job. En un solo día perdió todo: su familia, su negocio, su salud y todo lo que poseía. ¡Desalentador, por 37 capítulos, Dios no dijo nada!

¿Cómo alabas a Dios cuando no entiendes lo que está pasando en tu vida y Dios está en silencio? ¿Cómo te mantienes conectado en una crisis sin comunicación? ¿Cómo guardas tus ojos en Jesús cuando están llenos de lágrimas? Tú haces lo que hizo Job: “Se postró en el suelo para adorar y dijo: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo estaré cuando me vaya. El Señor me dio lo que tenía, y el Señor me lo ha quitado. ¡Alabado sea el nombre del Señor!” Job 1:20b-21 (NTV).

Dile a Dios exactamente cómo te sientes. Derrama tu corazón delante de Dios. Descarga todas tus emociones. Job hizo esto cuando dijo: “No me voy a callar. Hablaré en medio de mi angustia, contaré detalladamente todos los sufrimientos que he tenido en mi vida” Job 7:11 (PDT).

El clamó cuando Dios parecía distante: “¡Qué días aquellos, cuando yo estaba en mi apogeo y Dios bendecía mi casa con su íntima amistad!” Job 29:4 (NVI).

Dios puede manejar tu duda, ira, miedo, dolor, confusión y preguntas. Tú puedes presentarle todo a Él en oración.

Reflexiona sobre esto:

  • ¿De qué manera puedes mostrarle a Dios que confías en Él aun cuando no sientas Su presencia?
  • ¿Cuáles son algunas de las cosas por las que puedes alabar a Dios, incluso cuando no entiendes lo que está pasando en tu vida?
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