La Corrección de Dios No es un Castigo
por Rick Warren — Septiembre 18, 2024
¿Conoces la diferencia entre corrección y castigo?
El castigo es una consecuencia del pasado y la corrección es el entrenamiento para el futuro. La corrección es disciplina, no castigo.
Cuando sucede algo malo, a menudo pensamos que Dios nos está castigando cuando en realidad solo nos está corrigiendo. ¿Cómo podemos saber esto? Porque Dios no castiga a sus hijos. Jesús ya ha tomado todo el castigo por cada pecado en la cruz.
Cada pecado que has cometido o cometerás ya ha sido pagado. Así que Dios no te castiga por tus pecados —pero te corrige. Su corrección es la evidencia de su amor, porque Él no quiere que sigas por el camino equivocado.
Una forma en la que Dios nos corrige es a través del dolor. Hebreos 12:8-10 dice, “Si Dios no los disciplina a ustedes como lo hace con todos sus hijos, quiere decir que ustedes no son verdaderamente sus hijos, sino que son ilegítimos. Ya que respetábamos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, ¿acaso no deberíamos someternos aún más a la disciplina del Padre de nuestro espíritu, y así vivir para siempre? Pues nuestros padres terrenales nos disciplinaron durante algunos años e hicieron lo mejor que pudieron, pero la disciplina de Dios siempre es buena para nosotros, a fin de que participemos de su santidad” (NTV).
Dios no corrige a los que no son sus hijos. Como un Padre, yo no corrijo a los hijos de otras personas, pero te aseguro que si corrijo a los míos. Lo hice por su bien porque quería que ellos conocieran el gozo de seguir a Dios y hacer las cosas a su manera.
Dios quiere lo mismo para ti si has elegido seguirlo y eres su hijo.
Seguir a Jesús significa cooperar cuando Dios trae cualquier tipo de corrección a tu vida —no porque Él quiera castigarte, sino porque te ama. Cuando Dios te corrige, Él no está enojado contigo. ¡Él está enojado por ti!
La Biblia dice, “Entonces soporten esos sufrimientos como se acepta la disciplina de un padre, porque Dios lo hace como un padre que corrige a sus hijos” Hebreos 12:7 (PDT).
La corrección de Dios es para tu bien, incluso cuando causa dolor.
Reflexiona sobre esto:
- Típicamente, no cambiamos cuando vemos la luz, cambiamos cuando sentimos el calor. ¿Qué tan cierto es esto en tu vida?
- ¿Por qué crees que Dios solo corrige a las personas que son de su familia?
- Si crees que la corrección de Dios es para tu bien, ¿Cómo deberías responder cuando te disciplina?
No importa que has hecho o donde has estado, tienes un lugar eterno en la familia de Dios listo y esperando por ti. La invitación está abierta. Solo cree y recibe.
Confía en el carácter de Dios y en la gracia que extiende. Confiesa tus pecados y pídele a Dios que te perdone. Reclama la promesa de Jesús, esa salvación es gratuita y abierta a cualquiera que se vuelve de sus pecados y está dispuesto a seguirlo como su Señor y Salvador. Humildemente pídele a Dios que te acepte en su familia por la eternidad.
¿Estás listo? Aquí está una oración con la que puedes empezar: “Querido Dios, sé que cuando muera, tendré que darte cuenta de mi vida. Sé que he pecado contra ti, y he vivido por mi plan, no el tuyo. Quiero que eso cambie, comenzando ahora. Quiero volver de mis pecados hacia ti.
Gracias por enviar a Jesús a morir por todo lo que hecho mal para que yo no tenga que pagar el castigo. Sé que no merezco tu perdón. Y sé que solo tu gracia puede salvarme, Señor. Nunca seré lo suficientemente bueno para ser perfecto.
Jesús, gracias por amarte tanto que tomaste toda mi culpa sobre ti. Me hiciste aceptable para el cielo, y humildemente te pido que me salves. Creo en ti, Jesús. Y creo que mantendrás tu promesa de salvarme instantánea, segura, completa y eternamente. En el nombre de Jesús. Amén”.