Si no tienes problema con mis primeras tres sugerencias de cómo tratar con aquellas personas frustrantes que requieren gracia adicional (RGA) en tu vida (trata de ver qué hay detrás de su comportamiento, rehúsa el sentirte ofendido, y dales un tiempo y espacio), la cuarta sería la más difícil. 

Debes evitar hablar chismes sobre ellos.

Cuando alguien te hace enojar o hace algo que te hace sentir frustrado, es tentador hablarle a alguien o enviar un mensaje de texto y decir, “¡No podrás creer lo que acaba de hacer!” Se puede sentir bien hacer eso.  Pero eso no está bien.

La Biblia dice que debemos amar a los que nos ofenden. Chismear de ellos es todo menos amor. Proverbios 17:9 dice, “Cuando se perdona una falta, el amor florece, pero mantenerla presente separa a los amigos íntimos” (NTV). Si chismeas de aquella otra persona, sólo le estás echando leña al fuego a causa de cualquier frustración que sientas.   

¿Qué es chismear? Una definición de chismear es “compartir información con alguien que no es parte del problema o de la solución.” La persona pudo no tener nada que ver en el asunto, pero tú los metes en él para sentirte mejor sobre ti mismo.

Seamos honestos, chismear en esencia, es una forma de revancha. Estás tratando de vengarte de la persona que te ofendió hablando de ella a sus espaldas.

Dios odia eso.

En Romanos 1:29, Dios pone chismear en la misma categoría que asesinar. Chismear es increíblemente destructivo. Destruye Iglesias, familias, negocios. Chismear solamente perpetúa el dolor.

Por eso Dios dice “Por eso anímense y edifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo”, buscando “Todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable todo lo digno de admiración” en otros (1 Tesalonicenses 5:11, Filipenses 4:8 NVI).