Es hora de Decirte a ti Mismo la Verdad

“Dios nos ha dado la conciencia para que podamos examinarnos a nosotros mismos.” Proverbios 20:27 (TLA)

La mejor manera de dejar de sentir culpa es primeramente admitir tú culpabilidad. No la entierres, no la niegues, no la ignores. ¡Solamente reconócela!

Aun cuando conocemos esta verdad, seguimos tratamos de huir de nuestra culpa. Pero cuando huyes de la culpa, ésta te va a alcanzar. El problema de siempre estar huyendo es que te llevas a ti contigo. ¡El problema está en tú mente! No importa que tan ocupado estás o a donde huyas, estarás igualmente estresado si tu estrés viene de los resentimientos, vergüenza o culpabilidad. Cuando finalmente disminuyes la velocidad, todos esos sentimientos regresarán nuevamente. Dios no quiere que vivas de esa manera. 

La Biblia dice que no puedes huir de ti mismo: “Dios nos ha dado la conciencia para que podamos examinarnos a nosotros mismos.” Proverbios 20:27 (TLA). Puedes ser capaz de esconder tú culpa de todos los demás, pero no puedes esconderla de ti mismo.

Nosotros como seres humanos tenemos una sorprendente capacidad de engañarnos a nosotros mismos. Tú dices que no está mal cuando realmente si está mal y que las cosas están mejorando cuando no lo están. Te dices a ti mismo que estás mejor de lo que en realidad estás.

Para dejar de derrotarte a ti mismo, debes dejar de engañarte a ti mismo. Debes decirte a ti mismo la verdad.

¿Qué es los que nos derrota? Todo tipo de cosas. La preocupación nos derrota. La envidia nos derrota. La amargura, los celos y la culpa nos derrotan. El temor, la ansiedad y la inseguridad nos derrotan.

Te sugiero hacer una limpieza espiritual de primavera. Mucha gente toma tiempo en primavera para ir por su casa, dando una limpieza profunda, y organizando cosas que usualmente dejamos pendientes. Por lo menos una vez al año, tú también deberías hacer un inventario personal de tu condición espiritual.

¿Cómo haces eso?

Hablar de ello

  • Primero aparta un par de horas y vete a un lugar a solas con lápiz y papel. Siéntate y di; “Dios, quiero que traigas a mi mente todos mis pecados. ¿Qué desastres he hecho? ¿Qué errores he cometido? ¿De qué me siento tan culpable, consciente o inconscientemente?”
  • Si estás genuinamente arrepentido ante Dios y eres honesto contigo mismo, el Espíritu de Dios empezará a traer esas cosas a la mente. Entonces, escríbelas.
  • ¿Por qué debes escribirlas? Porque te ayuda a ser más específico. Tú cometiste esas cosas una por una; necesitas confesarlas una por una y mostrarle a Dios que te importa lo suficiente para señalarlas específicamente.

Comparte Esperanza Diaria con tus amigos.