Pocas cosas roban tu felicidad más rápido que ser criticado o sentir que otros están trabajando en tu contra. ¿Por qué? Porque todos queremos ser amados. Todos queremos aprobación. Todos queremos gustarle a la gente.

Sin embargo, Pablo dice en Filipenses 1:18: “Pero eso no importa; porque, sean sinceros o no, están anunciando el mensaje de Cristo, y eso me hace sentirme muy feliz. Y más feliz me sentiré” (TLA).

No necesitas la aprobación de otras personas para ser feliz.

¡Eres tan feliz como decidas serlo!  Si otros no están contentos contigo, esa es su elección.  Si hasta ahora no has obtenido la aprobación de alguien, probablemente no la obtendrás. Y vas a ser miserable si intentas vivir para la aprobación de todos los demás.

Más tarde, Pablo explica en los versículos 29 y 30 por qué puedes ser feliz sin importar lo que sea: “Pues a ustedes se les dio no solo el privilegio de confiar en Cristo sino también el privilegio de sufrir por él.  Estamos juntos en esta lucha. Ustedes han visto mi lucha en el pasado y saben que aún no ha terminado” (NTV).

Pablo dice que es un privilegio sufrir cuando estás haciendo lo correcto porque te pareces más a Jesús cuando enfrentas oposición y rechazo.

Puedes ser feliz pase lo que pase, si miras cada problema desde el punto de vista de Dios y nunca dejas que lo que otras personas dicen o hacen controlen tu felicidad.

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 Reflexiona sobre esto:

• ¿Qué aprobación has estado buscando y tratando de obtener? ¿Por qué crees que necesitas la aprobación de esa persona?
• ¿Por qué hay más libertad en la aprobación de Dios que la aprobación de otra persona?
• Cuando te sientes más atacado o criticado, ¿cómo podría Dios estar trabajando en ti y a través de ti?

Si todavía no has confiado en Jesús y no te has comprometido a seguirlo, ¿por qué esperar más? Si estás listo para cruzar esa línea y tomar la decisión de creer en Jesucristo y seguirlo, haz esta oración.