¿Sabías que hay un banco en el cielo?

¡Sí hay! El libro de Lucas habla de guardar tesoros en el cielo. Como cristiano, ese debería ser el banco donde tú depositas las mayores inversiones de tu vida, talento y recursos.

En el libro de Santiago, el escritor enfatiza la generosidad de Dios hacia sus seguidores en cinco lugares diferentes. Él dice que todo lo que tú tienes es por causa de la generosidad de Dios. No tendrías nada si no fuera por Dios. ¡Ni siquiera existirías! Todo regalo bueno y perfecto proviene de Dios —y es todo por su generosidad.

La generosidad de Dios contigo te debería hacer generoso con otras personas. Tú deberías usar lo que se te ha dado para ayudar a otros.

Todo lo que uses para hacer que las personas lleguen a Jesucristo se guardará en tu banco en el cielo. Tú estás haciendo una inversión en la eternidad cuando usas tus recursos para lo más importante: ayudar a las personas a tener una relación con Dios.

Un día un hombre muy rico vino a Jesús y le preguntó cómo prepararse para la eternidad en el cielo. Este hombre tenía mucho más dinero del que necesitaba o podía disfrutar. Él quería saber cómo podía tener vida eterna.

Jesús le dio a este hombre algunos consejos de inversión: “Vendan sus posesiones y den a los que pasan necesidad. ¡Eso almacenará tesoros para ustedes en el cielo! Y las bolsas celestiales nunca se ponen viejas ni se agujerean. El tesoro de ustedes estará seguro; ningún ladrón podrá robarlo y ninguna polilla, destruirlo” Lucas 12:33 (NTV). En otras palabras, liquida algunos de tus activos aquí en la tierra y envíalos al cielo, donde tu tesoro durará por siempre.

¿Qué hay de ti? ¿En realidad necesitas todo lo que tienes?  ¿O Jesús te está hablando a través de estos versículos —diciéndote que des algo de lo que tienes para ayudar a las personas que tienen mucho menos?

Cuando eres generoso, eso cambia tu perspectiva de lo que realmente necesitas. Y más importante, cada vez que escoges la generosidad, estás guardando tesoros en el cielo.

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Reflexiona sobre esto:

• ¿En dónde inviertes la mayor parte de tu tiempo, talento, y dinero ahora mismo? ¿Esas inversiones reflejan una inversión mundana o eterna?
• ¿Cómo tu deseo por más cosas terrenales te mantiene alejado de enfocarte en la eternidad y en ayudar a personas a llegar al cielo?
• ¿Cómo crees que se verá el tener tesoros en el cielo?

Si todavía no has confiado en Jesús y no te has comprometido a seguirlo, ¿por qué esperar más? Si estás listo para cruzar esa línea y tomar la decisión de creer en Jesucristo y seguirlo, haz esta oración.