El Resentimiento te Lastima más que Nadie

“El resentimiento mata a los necios; la envidia mata a los insensatos”. Job 5:2 (NVI)

Si te quedas con el resentimiento, siempre te va a herir más que cualquier persona. El resentimiento es auto destructivo y contra producente.

El resentimiento no tiene sentido.

Si cualquier persona alguna vez tuvo razón para tener resentimiento, fue Job. Él era un hombre santo, quien tuvo todo lo que hubiera deseado —riqueza, fama y una gran familia. Un día él perdió todo. Las naciones enemigas mataron su ganado. Todos sus hijos fueron asesinados. Obtuvo una grave enfermedad. Literalmente perdió todo lo que tenía. Todo lo que le quedó fue una esposa quejumbrosa. Entonces sus amigos vinieron y le dijeron: “Job, todo es tu culpa”.

Aunque Job tenía toda la razón para estar resentido, él nos dice en el libro bíblico con su nombre que el resentimiento es una mala idea. Job dice, “El resentimiento mata a los necios; la envidia mata a los insensatos” Job 5:2 (NVI).

Job fue un hombre sabio. Él sabía que no tenía el tiempo para el resentimiento. Él sabía que es torpe, sin sentido e ilógico. Si reflexionas sobre las experiencias en tu propia vida, probablemente estarás de acuerdo. Podemos hacer cosas torpes cuando estamos atrapados en el resentimiento. Diremos cosas como, “¡Le daré su merecido!” Entonces a menudo hacemos el ridículo intentando lograr que eso suceda. Cuando estamos con resentimiento, actuamos de maneras auto destructivas y nos herimos a nosotros mismos más que aquellos contra quienes tenemos rencor.

Por ejemplo, recuerdo una vez viendo el antiguo programa “Los tres chiflados”, donde Moe está golpeando a Curly en el pecho, Curly dice, “Me voy a vengar de este tipo. ¡Voy a detenerlo!” así que él tomó un cartucho de dinamita, lo ató a su propio pecho. Y entonces dijo: “¡La próxima vez que me pegue, le arrancaré la mano con la explosión!”.

Eso es lo que sucede cuando tenemos resentimiento —hacemos cosas realmente torpes intentando vengarnos de las personas. Peor aún, el resentimiento no ayuda. Nos hace miserables en el proceso. Nunca conseguiremos lo que buscamos.

Entonces, ¿Por qué hacerlo? No te quedes con el resentimiento. Déjalo ir. Perdona.

Reflexiona sobre esto:

  • ¿Por qué es tan importante para nosotros tener la última palabra?
  • ¿Cuáles son algunas formas en la que has visto que persistir en el resentimiento te lastima o lastima a las personas que te importan?
  • ¿Qué herida del pasado necesitas perdonar para dejar de persistir en el resentimiento?
Si todavía no has confiado en Jesús y no te has comprometido a seguirlo, ¿por qué esperar más? Si estás listo para cruzar esa línea y tomar la decisión de creer en Jesucristo y seguirlo; haz esta oración.
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