El Orgullo Destruye, La Humildad Construye

“No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes”. Filipenses 2:3 (NTV)

El orgullo destruye las relaciones. Aparece de muchas maneras diferentes, como la crítica, la competencia, la terquedad y la superficialidad.

El problema con el orgullo es que te engañas a ti mismo. Todos los demás pueden verlo en nosotros menos nosotros. Cuando tienes un problema con el orgullo, no lo ves en tu vida.

Proverbios 16:18 dice: “El orgullo va delante de la destrucción, y la arrogancia antes de la caída” (NTV). Me encanta este versículo en la traducción de la paráfrasis del Mensaje: “Primero el orgullo, luego el choque: cuanto más grande es el ego, más dura es la caída”.

El orgullo destruye las relaciones, pero la humildad es el antídoto contra el orgullo. La humildad construye relaciones. La Biblia dice en 1 Pedro 3:8, “Todos deben ser de un mismo parecer. Tengan compasión unos de otros. Ámense como hermanos y hermanas. Sean de buen corazón y mantengan una actitud humilde” (NTV).

¿Cómo podemos crecer en humildad? Sucede al permitir que Jesucristo comience a controlar nuestros pensamientos, corazones, actitudes y reacciones. Jesucristo, tiene que ser parte de esto. Efesios 4:23-24 dice: “Dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes   Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo” (NTV).

¿Cómo te conviertes en una nueva persona? ¿Cómo empiezas a pensar de una manera diferente? La ley básica de las relaciones es esta: tiendes a volverte como las personas con las que pasas la mayor parte del tiempo. Si pasas tiempo con gente gruñona, te vuelves más gruñón. Si pasas tiempo con gente feliz, te vuelves más feliz. Si quieres tener más humildad, pasa tiempo con Jesucristo. Él es humilde. Él quiere una relación contigo. Jesucristo quiere que pases tiempo con Él en oración y leyendo su Palabra y hablando con Él. Jesucristo es humilde y a medida que lo conozcas, te volverás más como Él.

“No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes… Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús. Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse” Filipenses 2:3, 5-6 (NTV).

Nadie ha hecho nada más humilde que Jesús, viniendo del Cielo a la Tierra para hacerse hombre, vivir por nosotros, dar su vida por nosotros y resucitar por nosotros. Cuando pasas tiempo con Él, te vuelves más humilde y eso construye tus relaciones.

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Reflexiona sobre esto:

  • ¿Cuáles son algunas de las características y hábitos comunes de las personas que conoces a las que llamarías humildes?
  • ¿Cómo necesitas cambiar tu forma de pensar acerca de otras personas para que puedas llegar a ser más como Jesús?
  • ¿Qué significa dar más honor a los demás que a uno mismo?
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Si todavía no has confiado en Jesús y no te has comprometido a seguirlo, ¿por qué esperar más? Si estás listo para cruzar esa línea y tomar la decisión de creer en Jesucristo y seguirlo; haz esta oración.

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