Restaurando las Relaciones: Calmar la Ira con la Confesión
por Rick Warren — Marzo 4, 2018
“Primero quita el tronco de tu ojo; después verás lo suficientemente bien para ocuparte de la astilla en el ojo de tu amigo”. Mateo 7:5 (NTV)
El cuarto paso bíblico hacia la restauración de las relaciones es confesar tu parte del conflicto.
Si en realidad quieres restaurar una relación, debes comenzar admitiendo tus propios errores o pecados. Jesús lo dijo de esta manera para dejar las cosas más claras: “Primero quita el tronco de tu ojo; después verás lo suficientemente bien para ocuparte de la astilla en el ojo de tu amigo” (Mateo 7:5 NTV).
Porque todos tenemos puntos ciegos, puedes necesitar preguntarle a una tercera persona que te ayude a evaluar tus propias acciones antes de encontrarte con la persona con quien tienes el conflicto.
También, pídele a Dios que te muestre cuanto del problema es tu culpa. Pregúntale, “¿Soy yo el problema? ¿Estoy siendo poco realista, insensible o demasiado sensible?” La Biblia dice, “Si decimos que no pecamos, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros” (1 Juan 1:8 PDT).
La confesión es una herramienta poderosa para la reconciliación. A menudo la forma que manejamos un conflicto crea una herida más profunda que el problema en sí mismo. Pero cuando comienzas a reconocer tus errores humildemente, eso apacigua el enojo de la otra persona y desarma su ataque, porque estaba posiblemente esperando que estuvieras a la defensiva.
No pongas excusas o cambies la culpa. Sólo honestamente aprópiate de cualquier parte que haya participado en el conflicto. Acepta la responsabilidad de tus errores, y pide perdón.
Reflexiona sobre esto: