Confía En Dios Para La Ayuda Que Necesitas
por Rick Warren — Febrero 23, 2018
“Luego el hombre le dijo: —¡Déjame ir, pues ya amanece! —No te dejaré ir a menos que me bendigas —le dijo Jacob”. Génesis 32:26 (NTV)
Obviamente, cuando Dios y Jacob entraron en una lucha, Dios pudo haber vencido a Jacob y haber terminado las cosas al instante. ¿Por qué Dios permitió que continuara la lucha?
Esta es la lección: cuando Dios permite una crisis en tu vida, Él no la resuelve inmediatamente. Deja que continúe por un tiempo porque quiere ver realmente tu seriedad en confiar en Él. Si Dios respondiera todas las oraciones de inmediato, comenzarías a pensar que Dios es una gran máquina proveedora: pones una oración, y saca lo que necesitas.
No puedo decirte cuántas personas dicen: “Rick, estoy orando por un milagro financiero en mi vida. Estoy tan endeudado que estoy orando por un milagro financiero.” A veces quiero decir: “¿Te endeudaste sobrenaturalmente?” La verdad es que a menudo no. Algunas personas tienen malos hábitos financieros que los mantienen atrapados en deudas. Su deuda puede ser el resultado de tomar malas decisiones. Es posible que haya gastado más dinero de lo que ganaba. O tal vez no ahorraste para los tiempos de escasez que inevitablemente surgen en la vida. O tal vez no usaste el dinero sabiamente.
¿Por qué crees que Dios te debe salvar? Si Dios te rescata instantáneamente de una crisis financiera debido a tus pobres elecciones, entonces mañana saldrías a gastar más. No aprenderías a tener disciplina, ni aprenderías a administrar tu dinero, ni sabiduría, ni persistencia. Dios no sólo te salvará de la deuda en la que te metiste; Él te ayudará a salir de tus deudas, pero Él primero quiere formar tu carácter en el proceso.
Si estás ahora mismo en una crisis, ¡aguanta! No te rindas. ¡No huyas! No trates de escapar. La mayoría de los problemas que tienes en tu vida no llegaron de la noche a la mañana. Es posible que hayas trabajado años metiéndose en este lío. Puedes tener algunos patrones arraigados y malos hábitos, que se han ido acumulando a lo largo de los años. Entonces, Dios no los va a eliminar todos en una sola vez. Es como pelar una cebolla; Él quita una capa a la vez. Pero aquí está la esperanza. Dios está contigo y Él está para ti. Cuando pidas ayuda a Dios y confíes en Él, experimentarás la paz de su sabiduría y bendición.
Reflexiona sobre esto: