Cuando Toda Esperanza está Perdida, Cree en las Promesas de Dios
por Rick Warren — Noviembre 23, 2024
¿Alguna vez has sentido que tu esperanza muere?
Puedes saber que la esperanza está muriendo cuando te escuchas a ti mismo decir la palabra “nunca”: “Nunca me casaré. Nunca conseguiré ese trabajo. Nunca tendré hijos”.
Sin duda no estás solo. Uno de los más grandes héroes de la fe en la Biblia, Abraham, se sintió así.
Romanos 4:18 nos dice: “Cuando Dios le prometió a Abraham que tendría muchísimos descendientes, esto parecía imposible. Sin embargo, por su esperanza y confianza en Dios, Abraham llegó a ser el antepasado de gente de muchos países que también confían en Dios” (TLA).
¿Qué haces cuando la esperanza muere y estás listo para rendirte? Confías en lo que Dios ha prometido. ¿A dónde te diriges cuando todo en ti siente que duda de Dios? Te diriges a la Palabra de Dios.
Para convertirte en una persona de fe, necesitas la Palabra de Dios en ti.
Observa que la Biblia dice que Abraham “confió en la Palabra de Dios”. ¡Nada es más confiable que la Palabra de Dios!
Incluso cuando Abraham enfrentó su mayor prueba —Dios le pidió que sacrificara a su hijo— confió en las promesas de Dios.
“Abraham confió en Dios cuando Dios quiso probar si él lo obedecería o no. Por eso Abraham tomó a su hijo Isaac para ofrecerlo como sacrificio. No le importó que fuera su único hijo, ni que Dios le hubiera prometido que por medio de Isaac tendría muchos descendientes” Hebreos 11:17-18 (TLA).
Después de que Abraham y Sara esperaron años por un hijo, Dios les dio a Isaac. Y luego Dios le dijo a Abraham que sacrificara a Isaac.
Abraham no entró en pánico. La Biblia muestra tres formas en que Abraham respondió con fe:
- Abraham creyó que Dios podía resucitar a su hijo de entre los muertos (Hebreos 11:19).
- Abraham le dijo a su siervo: “Volveremos”, no, “Volveré” mientras él e Isaac se dirigían a la colina para el sacrificio (Génesis 22:5).
- Cuando Isaac le preguntó a Abraham: “¿Dónde está el cordero que sacrificaremos?”, Abraham respondió: “El Señor proveerá” (Génesis 22:8).
Abraham creyó en las promesas de Dios. Sabía que Dios podría o proteger a su hijo o resucitarlo.
Cuando toda esperanza parezca perdida, pon tu esperanza en Dios. “Y esa esperanza no acabará en desilusión. Pues sabemos con cuánta ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para llenar nuestro corazón con su amor” Romanos 5:5 (NTV).
Reflexiona sobre esto:
- ¿Alguna vez has sentido que toda tu esperanza se fue? ¿Cómo respondiste: con pánico o con fe?
- ¿Cómo puedes comenzar o continuar cultivando una fe como la de Abraham?
- ¿Cuál de las promesas de Dios te ha resultado útil cuando has perdido la esperanza? ¿Cómo puedes ayudar a otra persona a aferrarse a esa promesa?