Confía tu Defensa a Dios

 

“Dispones ante mí un banquete en presencia de mis enemigos. Has ungido con perfume mi cabeza; has llenado mi copa a rebosar” (Salmo 23:5 NVI).

Nuestra civilización está perdiendo su civilidad. ¡El mundo se está volviendo más rudo! La Internet tiene su parte en esto, porque permite a las personas ocultarse detrás de la pantalla y decir cosas en línea que nunca tendrían el valor para decirlo cara a cara otros.

Las personas que hacen esto revelan la pequeñez de sus corazones. Las grandes personas hacen que las personas se sientan bien, pero las personas pequeñas son menospreciables. Las personas que menosprecian a los demás tienen un pequeño nudo como corazón y se burlan de los demás porque creen que eso les hará sentirse mejor.

¿Cómo se maneja la gente grosera? Tu no lo haces.  Tu dejas que Dios los maneje. Deja que Dios sea tu defensor.

El rey David fue un profesional en esto. Sabía lo que significaba ser atacado emocionalmente, verbalmente y físicamente. Cuando era un hombre joven, Samuel lo ungió para ser el próximo rey de Israel, pero a David lo persiguieron durante dos años huyendo de su predecesor, el rey Saúl, que quería matarlo. Se escondió en cuevas mientras era criticado constantemente a sus espaldas.

Sin embargo, David nunca dijo una mala palabra contra el rey. Él nunca tomó represalias, porque Dios lo estaba preparando para ser el rey según el corazón de Dios.

David dice en el Salmo 23:5: “Dispones ante mí un banquete en presencia de mis enemigos. Has ungido con perfume mi cabeza; has llenado mi copa a rebosa” (NVI).

David estaba reconociendo la bondad de Dios para él. Dios ungió su cabeza con aceite, que le dice al mundo: “¡Este es mi chico! ¡Apártate! Él será el próximo líder”. La copa de David se desbordó, lo que significa que Dios siguió bendiciéndolo y bendiciéndolo, incluso cuando otros lo atacaban.

¿Suena como que David estaba estresado? ¡No! No tuvo que usar toda su energía para defenderse porque confiaba en que Dios sería su defensor.

Se necesita mucha fe y humildad para descansar y confiar en Dios cuando está siendo atacado, cuando se le malinterpreta, cuando se difunden rumores sobre usted y cuando las personas dicen cosas falsas sobre usted en línea. Cuando eso sucede, todo en ti quiere levantarse y hacer algo al respecto.

Pero eres más como Cristo cuando permaneces en silencio bajo el ataque. Jesús fue atacado constantemente, sin embargo, nunca tomó represalias, ni siquiera en su camino a la cruz. Permaneció en silencio ante sus acusadores porque se había confiado al cuidado del Padre.

“De modo que, si sufren de la manera que agrada a Dios, sigan haciendo lo correcto y confíenle su vida a Dios, quien los creó, pues él nunca les fallará.” (1 Pedro 4:19 NTV).

Reflexiona sobre esto:

  • ¿Por qué es importante para la mayoría de nosotros tener la última palabra?
  • ¿Cuál es el beneficio físico de confiar tu defensa a Dios? ¿Cómo afecta tu salud?
  • Si tienes que hablar con tus atacantes, ¿qué crees que Dios quiere que les digas? ¿Cómo quiere que lo digas?

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