Cómo Recibir la Gracia para Continuar a Través de los Problemas

 

“Tres veces le rogué al Señor que me la quitara; pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad»” 2 Corintios 12:8-9 (NVI)

¿Qué haces cuando no puedes solucionar un problema sin salida?, ¿Qué haces cuando no puedes resolver una incógnita sin respuesta?  ¿Qué haces cuando no puedes cambiar una circunstancia inmutable? ¿Qué haces cuando no puedes controlar algo que te lastima profundamente en tu vida?

Te rindes a la gracia sustentadora de Dios.

¿Cómo recibes esa clase de gracia que te hace continuar a pesar de las tentaciones, juicios, tensión, cansancio y problemas? Haces cuatro cosas:

  1. Clamas a Dios por ayuda. Cuando pretendes ser autosuficiente, desconectas el poder de Dios en tu vida. Necesitas admitir tu insuficiencia y decir, “¡Dios, yo no puedo manejar esto!” La Biblia dice, “Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes. Así que humíllense delante de Dios. Acérquense a Dios y Dios se acercará a ustedes”.  (Santiago 4:6-8 NTV)
  2. Llenas tu mente con la Palabra de Dios. Recibamos el consuelo, fuerza, llenura, calma y energía de Dios para seguir adelante. Sumérgete en ello cada día de tu vida. El salmista oró, “Estoy tirado en el polvo; revíveme con tu palabra.” (Salmo 119:25 NTV). Si la solución fuera ver dentro de ti mismo, ya hubieras cambiado. ¡Necesitas ver a Dios! Él es el único con fuerza sustentadora.
  3. Acepta el apoyo del pueblo de Dios. La Biblia dice que al ayudarnos unos a otros con nuestros problemas, obedecemos la ley de Cristo, la cual es: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Dios nunca te hizo para estar solo en la vida. Nuestra debilidad nos ayuda a darnos cuenta lo mucho que nos necesitamos unos a otros. Necesitas aceptar el apoyo del pueblo de Dios.
  4. Te aferras a las Promesas de Dios. Hay alrededor de cinco mil quinientas de ellas esperando a ser reclamadas. Aquí está una de ellas. “Él da poder a los indefensos y fortaleza a los débiles…. Los que confían en el Señor encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no desmayarán”.  (Isaías 40:29-31 NTV). Mantén tu esperanza en el Señor y tus ojos enfocados en la esperanza del cielo, no solo en el aquí y ahora.

La Biblia dice, “Tres veces le rogué al Señor que me la quitara; pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad»” 2 Corintios 12:8-9 (NVI).

Cuando estás pasando por un problema, no puedes arreglarlo, no puedes rendirte. ¡Sólo mira hacia arriba!

Reflexiona sobre esto:

  • ¿En qué situación necesitas hoy la gracia sustentadora de Dios?
  • ¿Cuál de las promesas de Dios necesitas reclamar para esa situación?
  • ¿Qué gente piadosa en tu vida te puede proporcionar el apoyo que necesitas?

¿Has aceptado a Jesús como tu Señor y Salvador?

La Biblia dice que todos nos quedamos cortos del perfecto estándar de Dios. Y aun así Dios nos ama – aun cuando pecamos y somos imperfectos. De hecho, Dios nos ama tanto que envió a Su Hijo Jesús a limpiarnos de nuestros pecados y a traernos a la familia de Dios.

Si nunca has aceptado el amor de Dios e invitado a Jesús a tu corazón, quiero que tengas esa oportunidad ahora. Si las palabras de esta oración expresan tu corazón, entonces permite que Dios lo sepa orándolas, es una manera de decir: “Yo acepto”.

“Amado Dios, no lo entiendo todo, pero te agradezco que me amas. Te doy las gracias porque estás para mí y porque no enviaste a Jesús a condenarme, sino a salvarme.

Confieso que he pecado en contra tuya y admito que necesito a Jesús como mi Salvador. Quiero tener una relación con Jesús. Quiero seguirlo y hacer las cosas que él me dice que haga.

Te pido que me salves de mi pasado, mis lamentos, mis errores, mis pecados, mis hábitos, mis heridas y mis complejos.

Te pido que me salves para  tu propósito. Quiero saber por qué me pusiste en esta tierra. Y quiero cumplir todo para lo que me has hecho.  Quiero aprender a amarte y a confiar en ti y estar en tu familia para siempre. En tu nombre yo oro, Amén”.

Si oraste esa oración, déjamelo saber enviándome un mail a  [email protected].  Quiero animarte en tu viaje con Jesús y enviarte material gratis para ayudarte en tus primeros pasos.


Comparte Esperanza Diaria con tus amigos.