Cómo Acoger la Palabra de Dios en tu Vida

“Así que quiten de su vida todo lo malo y lo sucio, y acepten con humildad la palabra que Dios les ha sembrado en el corazón, porque tiene el poder para salvar su alma”. Santiago 1:21 (NTV)

En Estados Unidos, puedes encontrar la Biblia por todas partes, desde las tiendas de comestibles hasta las habitaciones de los hoteles, en todas las formas, tamaños, estilos y traducciones. Puedes escuchar y leer partes de ella en la radio y la televisión y en libros y revistas. Está en todas partes, pero sin embargo, mucha gente sigue echando de menos las bendiciones de la Biblia.

¿Por qué? Porque sus bendiciones no son automáticas. Santiago 1:21 dice que, para ser bendecidos por la Biblia, “acepten con humildad la palabra que Dios les ha sembrado en el corazón” (NTV). La palabra “acepten” en ese versículo viene de un término griego de hospitalidad que significa “acoger”. Si vas a ser bendecido por la Palabra de Dios, primero debes acoger la Palabra en tu vida.

Santiago dice que debes acoger la Palabra de Dios con cuatro actitudes específicas:

Primero, se cuidadoso. Dice: “todos ustedes deben ser rápidos para escuchar, lentos para hablar…” Santiago 1:19a (NTV). Dios nos dio dos oídos y una boca; debemos escuchar el doble de lo que hablamos. Ser rápidos para escuchar y lentos para hablar nos da una actitud cuidadosa de estar listos para recibir la Palabra de Dios.

En segundo lugar, ten calma. La siguiente parte de Santiago 1:19 dice: “…y lentos para enojarse” (NTV). Cuando estás enojado, no puedes escuchar mucho. Pero una actitud calmada aumenta la receptividad. Cuando te prepares para escuchar la Biblia —ya sea en la iglesia o en tu propia lectura— tómate un tiempo para prepararte y hacer que tu corazón se calme, para que puedas escuchar a Dios cuando te hable.

Tercero, límpiate de toda maldad. Santiago nos dice que “quiten de su vida todo lo malo y lo sucio” Santiago 1:21 (NTV). La palabra “sucio” aquí es en realidad una palabra griega que significa “cerumen”. Cuando tienes pecado en tu vida, hay un bloqueo que impide escuchar la Palabra de Dios.

¿Cómo te puedes limpiar de lo malo y lo sucio? Por medio de la confesión. “Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad” 1 Juan 1:9 (NVI).

Cuarto, se obediente. Santiago nos dice que “acepten con humildad la palabra que Dios les ha sembrado en el corazón” Santiago 1:19 (NTV). Se enseñable y entrégate a Dios. Si te acercas a la Biblia con una actitud de saberlo todo, su Palabra no podrá llegar a ti. Acércate a la Biblia con la voluntad de ser cambiado.

¿Estás preparado para recibir las bendiciones de la Palabra de Dios en tu vida? Ven con una actitud cuidadosa, calmada, limpia de toda maldad y en obediencia. Eso te preparará para recibir la Palabra de Dios y darle la bienvenida a las bendiciones que te promete.

Reflexiona Sobre Esto

  • ¿Cuándo has experimentado las bendiciones de la Palabra de Dios? ¿Qué tipo de mentalidad y actitud tuviste que te permitió recibir esas bendiciones?
  • ¿En qué momento de tu vida diaria te encuentras con la Biblia? ¿Usando una aplicación en tu teléfono? ¿Leyendo la Biblia de tu biblioteca? ¿Escuchando un podcast mientras llegas al trabajo? ¿Cómo puedes prepararte para acoger la Palabra de Dios en tu encuentro diario con la Biblia?
  • Cuando te encuentras con la Palabra de Dios, debes venir con una actitud cuidadosa, calmada, limpia de toda maldad y en obediencia. ¿Cuál de estas actitudes te resulta más difícil? Elige centrarte en esa actitud concreta esta semana.
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La invitación de Dios está abierta de par en par.

No importa lo que hayas hecho o dónde hayas estado, tienes un lugar listo y esperando por ti en la familia eterna de Dios. La invitación está abierta de par en par. Sólo tienes que creer y recibir.

¿Estás listo? Aquí tienes una oración con la que puedes empezar: “Querido Dios, sé que cuando muera voy a dar cuenta de mi vida directamente a ti. Sé que te he ignorado. Confieso que he pecado contra ti, y he vivido según mi plan, no el tuyo. Quiero que eso cambie, empezando ahora mismo. Quiero alejarme de mis pecados y dirigirme a ti”.

“Gracias por enviar a Jesús a morir por todo lo que he hecho mal para que no tenga que pagar la penalidad. Sé que no merezco tu perdón. Sé que sólo tu gracia puede salvarme, Señor. Nunca podré ser lo suficientemente bueno para llegar a un lugar perfecto”.

“Jesús, gracias por amarme tanto que asumiste toda mi culpa. Me hiciste aceptable para el Cielo, y te pido humildemente que me salves de los pecados y los hábitos que están arruinando mi vida en este momento. Creo en ti, Jesús. Y creo que cumplirás tu promesa de salvarme al instante, de manera verdadera, completa y eternamente. En el nombre de Jesús. Amén”.

Si hiciste esta oración por favor déjame saber, enviándome un mensaje a [email protected].  Nuestro equipo de Esperanza Diaria te enviará unos materiales sobre cómo empezar tu caminar con Jesús.

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