Celebra tu Transformación

“¡Canten alabanzas a Dios y a su nombre! Canten alabanzas en alta voz… Su nombre es el Señor”.  Salmos 68:4 (NTV)

¿Quieres volver a Dios? Primero debes hartarte, luego reconocer tu pecado y luego ceder el control de tu vida a Dios. Finalmente, celebras.

En la historia de Jesús sobre el hijo pródigo, es importante notar la respuesta del padre: “Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él… Pero el padre ordenó a sus siervos: “¡Pronto! Traigan la mejor ropa para vestirlo. Pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el ternero más gordo y mátenlo para celebrar un banquete” Lucas 15:20, 22-23 (NVI).

El padre del pródigo es como tu Padre celestial. No importa lo que hayas hecho, cuando vienes a casa con Dios, él te envuelve en su amor. Te da lo mejor de ti y dice: “¡Todo está perdonado! ¡Tengamos un banquete! Mi hijo ha vuelto a mí”.

Llegas a casa a la celebración, no a la condena. Y Dios quiere que te unas a Él en celebración mientras le ofreces alabanza.

Celebras tu transformación diciendo simplemente: “Gracias, Dios. Gracias por tu gracia. Gracias por tu amor. Gracias por tu bondad. ¡Te exalto en mi alabanza!”

La Biblia dice en el Salmos 68:4, “Canten alabanzas a Dios y a su nombre! Canten alabanzas en alta voz. . . Su nombre es el Señor” (NTV).

Para tu propia transformación, necesitas comenzar a cantar en la iglesia. Necesitas celebrar lo que Dios ha hecho en tu vida y agradecerle a través de una canción.

La Biblia no dice que cantes bonito. Dice hacer tu canto alegre. ¡Tú puedes hacer eso! Cualquiera puede hacer un ruido alegre.

Canta tu alabanza a Dios, no solo por quién es Él, sino también por la transformación que ha hecho en tu vida.

Reflexiona sobre esto:

  • ¿Cómo afecta tu experiencia con tu padre terrenal tus expectativas de Dios cuando te equivocas?
  • ¿Qué te impide expresar tu alabanza a Dios a través del canto?
  • ¿Qué significa hacer un ruido alegre?

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