Aprendamos a ser Buscadores de la Verdad

“¿Dónde está el niño que nació para ser el rey de los judíos?”. Mateo 2:2a (TLA)

Si observas cualquier escena de la Navidad, es muy probable que observes a varios personajes que no parecen encajar en el establo: los Sabios del Oriente. Nos hemos acostumbrado a verlos, pero si observas cuidadosamente, parecen que están fuera de lugar con sus ropas elegantes y regalos especiales.

Pero para mí, son las personas más fascinantes en la historia de la Navidad. No sabemos mucho sobre ellos. No sabemos quiénes son o de dónde vinieron. La Biblia los llama “sabios”. Los sabios eran una combinación de filósofos, científicos y astrónomos. Eran bastante ricos y bien educados. Eso es todo lo que sabemos sobre ellos.

Pero lo que sí sabemos es que eran sabios. De hecho, podemos aprender mucho de la sabiduría que demostraron en la historia de la Navidad.

Entre otras lecciones de los Sabios del Oriente, aprendemos a ser buscadores de la verdad. A las personas sabias no les gusta estar adivinando o especulando. Ellos quieren saber la verdad acerca de Dios, su pasado y su futuro. Los Sabios del Oriente preguntaron, “¿Dónde está el niño que nació para ser el rey de los judíos?” Mateo 2:2a (TLA).

Los Sabios del Oriente estaban buscando a Jesús. Los hombres y mujeres sabios lo siguen buscando hasta el día de hoy.

Hay dos tipos de personas en la vida con respecto a la búsqueda de la verdad: los especuladores y los buscadores. Los especuladores tratan de adivinar la verdad. Los especuladores creen que conocen cómo es Dios.

Los especuladores aman argumentar y discutir sobre Dios, pero solo están adivinando —porque ellos en realidad no quieren conocer la verdad. Lo único que quieren es hablar sobre Él.

Por otro lado, Dios ama a aquellos que se toman el tiempo de encontrar la verdad. Los buscadores hacen cuatro cosas:

  • Ellos preguntan.
  • Ellos estudian.
  • Ellos observan lo que sucede a su alrededor.
  • Ellos hacen lo necesario para conocer la verdad.

Ellos buscan a Jesús con todo lo que tienen. Dios ama a los buscadores. La Biblia nos dice, “Pero si desde allí buscas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, lo encontrarás” Deuteronomio 4:29 (NVI).

Si estás buscando la verdad de manera seria y genuina, no te perderás, la encontrarás.

Reflexiona sobre esto:

  • ¿Por qué es sabio buscar a Jesús?
  • Observando tu pasado, ¿has sido más un especulador o un buscador de la verdad? ¿Por qué?
  • Encuentra a un buscador espiritual en tu vida a quien puedas hablarle de Jesús e invitarlo a la Iglesia. Ora por esa persona.
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Si todavía no has confiado en Jesús y no te has comprometido a seguirlo, ¿por qué esperar más?
Si estás listo para cruzar esa línea y tomar la decisión de creer en Jesucristo y seguirlo;
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