No puedes escuchar a Dios si tu mente está llena con otros pensamientos o preocupaciones –preocupaciones, planes y actividades particulares. Si siempre estamos escuchando la radio o viendo la TV, los circuitos estarán ocupados cuando Dios nos llame. Tenemos que eliminar las distracciones.

Jesús dice en Lucas 8:7 “Otras semillas cayeron entre espinos. Las plantas brotaron, pero los espinos las ahogaron y no las dejaron crecer” (TLA).

El tipo de tierra con espinos fue en realidad plantada con un cultivo que comienza a crecer. Pero según va creciendo, los espinos crecen alrededor, y los espinos comienzan a ahogar la vida de los vegetales o de las plantas, y así nunca tendrá fruto.

Esto es lo que Jesús dice que es el significado de Lucas 8:7: “Las semillas que cayeron entre los espinos representan a los que oyen el mensaje, pero muy pronto el mensaje queda desplazado por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de esta vida. Así que nunca crecen hasta la madurez” (Lucas 8:14 NTV).

Hay tres cosas que nos impiden escuchar a Dios:

Preocupación. Las preocupaciones son espinos. Cuando estás tan ocupado con los problemas y presiones de la vida diaria, eso hace difícil escuchar a Dios.

Riquezas. Puedes estar tan ocupado intentando pagar tus cuentas, tan ocupado intentando salir de deudas, tan ocupado intentando ganar más, y tan ocupado intentando ganarte la vida que te olvidas de vivir.

Placer. No hay nada malo con el placer, pero se cuidadoso de que no te preocupes tanto persiguiendo la diversión, que se te olvida Dios y sus planes para tu vida.

No tienes que cultivar espinos. Ellos crecen automáticamente, ¿Verdad?, de hecho, los espinos son una señal de negligencia. Si ves espinos en tu jardín o patio, significa que no lo estás atendiendo. Los espinos en tu vida espiritual revelan que estás descuidando el tiempo con Dios.

Cuando todos los circuitos están ocupados, necesitas estar en silencio.

Reflexiona sobre esto: