Orando por un No Creyente

“Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Lucas 19:10 (NVI)

Si le preguntas aleatoriamente a 50 personas, “¿Cómo puedes llegar al cielo?” tendrás muchas respuestas diferentes. Pero muchas de ellas estarán basadas en la idea de que puedes (y tienes que) ganarte tu lugar en el cielo.

Escucharás cosas como, “Intenta ser bueno y haz tú mejor esfuerzo” o “Haz más cosas buenas que malas en la vida”. Esas ideas están todas basadas en esfuerzos no en la gracia. Pero romanos 3:24 dice, “siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” (RVR1960).

¡Dios dice que la salvación es recibida absolutamente gratis! No tienes que trabajar por un regalo, y no puedes ganártelo o comprarlo.

Esta es la diferencia fundamental entre la cristiandad y las demás religiones. Los otros sistemas de creencias pueden ser resumidos, en una palabra: “hacer”, haces ciertas cosas para obtener una bendición, ganar el cielo o algún otro tipo de recompensa eterna, y ganar la aprobación de Dios.

Por otro lado, puedes resumir el cristianismo, en una palabra: “hecho”. Jesucristo pagó por nuestra salvación en la cruz, y ahora el ofrece su gracia como un don gratuito. Eso es el por qué Jesucristo, cuando estaba colgado en la cruz, extendió sus brazos y dijo, “Consumado es”. ¿Qué es lo que está consumado?, nuestra salvación –el plan de proveer gracia para cada persona que lo necesita.

Todos tenemos personas en nuestras vidas que no tienen una relación con Jesús. Pueden ser familia, amigos, compañeros de trabajo, vecinos, y conocidos. La Biblia dice que oremos por su salvación. “Esto es bueno y le agrada a Dios nuestro Salvador, quien quiere que todos se salven y lleguen a conocer la verdad”. (1 Timoteo 2:3-4 NTV), así que cuando oramos por la salvación de una persona no salva, estamos haciendo lo que le agrada a Dios.

Todos Podemos confiar que el amor de Dios alcanza a todos en cualquier lugar. El poder de Dios no tiene límite y su perdón no tiene fin. Tus oraciones por personas que no conocen la esperanza que encontramos en Cristo no serán desatendidas. Sigue orando, y no pierdas el ánimo.

Reflexiona sobre esto:

Hablar de ello

  • ¿Por cuáles personas estás orando que no conocen a Cristo todavía?
  • ¿Cómo puedes agradecer a Dios por la presencia de esas personas en tu vida?
  • ¿Cómo puedes orar por las personas que están en desacuerdo contigo o que abiertamente rechazan las escrituras?

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