El Cambio Requiere Tomar Decisiones

“Ya que han oído sobre Jesús y han conocido la verdad que procede de él, desháganse de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad y el engaño. En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes. Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo”. Efesios 4:21-24 (NTV)

No es suficiente con querer cambiar. No es suficiente con desear cambiar. Ni siquiera es suficiente con decir, “Sueño con cambiar”. Los sueños son inútiles a menos que te levantes y tomes acción sobre ellos. No vas a cambiar hasta que elijas cambiar.

¿Cuán diferente vas a ser en seis meses? ¿Vas a ser más fuerte emocionalmente? ¿Vas a ser más ágil mentalmente? ¿Vas a ser más saludable físicamente? ¿Vas a ser más profundo espiritualmente?

No sucederá automáticamente. Simplemente no serás más saludable en ninguna categoría de tu vida solo por accidente. Muchas veces pensamos que estamos esperando en Dios para que nos cambie. No estás esperando en Dios. Dios te está esperando a ti.

No hay crecimiento en tu vida sin cambio. Y no hay cambio sin pérdida. Debes dejar ir lo viejo. Y no hay pérdida sin dolor.

Quizás estés estancado en este momento porque no aprendiste cómo dejar ir. Es una opción. Efesios 4:22 dice, “Desháganse de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad y el engaño” (NTV).

Quizás veas tus heridas, hábitos y preocupaciones como biológicas y sociales. Algunas de ellas son por tus circunstancias o tus cromosomas. Necesitas enfrentarlas. La genética puede explicar tus inclinaciones, pero no justifica tu pecado.

Esta es la buena noticia. Cuando te conviertes en creyente, tienes un nuevo poder en ti que es mayor que todas esas viejas tendencias. El poder del Espíritu Santo.

Filipenses 2:12-13 dice, “Lleven a cabo su salvación con temor y temblor, pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad” (NVI).

¿Eso significa que debemos tenerle miedo a Dios? ¡Por supuesto que no! Teme perderte lo mejor de Dios y desperdiciar tu vida. Teme que se pase toda tu vida y nunca conozcas el propósito de Dios.

El secreto para cambiar tu vida no es fuerza de voluntad. Es Dios dándote el deseo y el poder a través del Espíritu Santo para hacer lo que necesita ser hecho.

Reflexiona sobre esto:

Hablar de ello

  • ¿Qué piensas que significa “lleven a cabo su salvación”?
  • ¿Cómo has experimentado el poder del Espíritu Santo en tu vida?
  • ¿Cómo te está ayudando Dios a enfrentar heridas, hábitos y preocupaciones que pudieran tener raíces biológicas y sociales?

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